Por MARTÍN ESCURRA
Está demás mencionar los momentos de tensión y paranoia constante al caminar por las calles de la urbanización Balconcillo, no sabemos en qué momento, arrancharán nuestras pertenencias, nos cogotearán, quizá bajen de alguna moto o algún carro posiblemente último modelo. En definitiva esto ya es pan de cada día. Lo cierto es que Balconcillo siempre tuvo sectores deprimidos como las barriadas de la Av. Las Américas y la de Jr. Juan Castro con la Av. México, calles como Las Ágatas, en su momento el parque Luna Peralta, lugares en abandono como el Parque Unión Panamericana (recordarán que el sector entre Palermo y las canchitas era conocido como el cagadero y aeropuerto de Balconcillo hace no muchos años). Consideramos que es una situación de descuido, indiferencia, malas decisiones y otros factores, lo que contribuye al aumento de este desorden e inseguridad que va de mal en peor y con modalidades cada vez más complicadas de manejar por los vecinos.
Tal como mencionamos el Parque Unión Panamericana ha sufrido de un descuido focalizado durante muchos años: se cuida lo que “interesa” el resto (la espalda del parque) no existe. Con ello queremos resaltar que mientras no reclamemos, no cuidemos y no hagamos propias nuestras calles, la situación de abandono no mejorará y ello conlleva a la apropiación de estos espacios por gente que se dedica al comercio irregular, venta de accesorios y muchas veces a la venta y consumo de droga y alcohol, y es precisamente éste el escenario propicio donde facinerosos subsisten, se reúnen, trabajan, acuerdan sus futuras acciones y son estos mismos personajes los que atraen a delincuentes de otras zonas. Todo ello frente a un comportamiento totalmente permisivo de nuestras autoridades.
«…mientras no reclamemos, no cuidemos y no hagamos propias nuestras calles, la situación de abandono no mejorará y ello conlleva a la apropiación de estos espacios.»
INDIFERENCIA GENERALIZADA
La Urbanización Balconcillo que recordamos, era de uso principalmente residencial. Con el tiempo las calles colindantes a la Av. México fueron convirtiéndose en talleres que ocupan la vía pública, similares a los de dicha avenida. Igualmente ocurre con los talleres de tapicería que no dudan en ocupar veredas para la elaboración de su trabajo y la pista para estacionar los carros. En calles como estas no es difícil encontrar talleres de mecánica con trabajadores ingiriendo alcohol en plena vía pública, o ver el constante arrojo de basura, lo cual es evidenciado con mayor notoriedad al final del día.
Por otro lado existen almacenes, talleres textiles, que por su seguridad prácticamente arman un caparazón donde antes existían ventanas. No es difícil encontrar paredones de puertas metálicas ciegas al exterior, mala iluminación en sectores, nula o poca vigilancia de los vecinos y de las autoridades. En todo lo mencionado anteriormente existe una suma de factores que contribuyen al desorden, suciedad e inseguridad por INDIFERENCIA.
Notemos que la llegada de talleres y al mismo tiempo el aumento de inseguridad contribuyó a la paulatina migración, a otros distritos, de un porcentaje muy alto de los ocupantes iniciales de la urbanización. Muchos de nosotros se identifican con una urbanización a la cual quizá ya no formamos parte y los que vivimos, lo hacemos con gente de paso y en muchos casos de mal vivir. La INDIFERENCIA, la cual queremos recalcar, se basa justamente en lo mencionado anteriormente y es que no existe identidad, no se puede querer lo que no sientes como realmente tuyo; y es que la propiedad les puede ser legalmente propia, pero las calles, las pistas, el vecindario, “las amistades” son solo de paso. La INDIFERENCIA se instaló en nosotros y es precisamente lo más complicado de superar.
Si algo queremos mejorar en nuestro vecindario, debemos empezar por nosotros mismos, evaluarnos, cambiar conciencias, trabajar en las nuevas generaciones para generar IDENTIDAD y buenas costumbres; nos queda mucho trabajo por hacer.
(Artículo publicado en FRENTE BALCONCILLO)